Me han dicho muchas cosas, que soy raro, que estoy loco, que pensaban que era gay pero ya no (bien por ya no pensarlo!), que soy re-mamón, ¡bah! Muchas cosas, pero ahora (y por ahora me refiero a de aquí a un año atrás) me veo sumergido en una nueva onda que me da mucha risa, me dicen frito y chairo.
Está padre, me caen bien los fritos y ser chairo está bueno también, porque a veces lo soy, y a veces soy bien hueco, hueco en serio, como de esos que piensan que
Origami es un país o de los que aplican o más bien no aplican el correcto uso de palabras. Mis favoritas últimamente: apología y cósmico.
Así llegamos a la conclusión de otro capítulo, chairo sí soy (a veces, insisto), y estoy tan frito como mi bajo consumo de drogas me lo permita. Igual la escuela te fríe un poco ¿no?
En otras noticias, no soporto a la gente fodonga y me gustan mucho los
Fruity Pebbles. Y de México para el mundo, descubrí que venden una imitación de Nutella en Waldo's Mart, ¿alguien ya la probó?
Yo quiero una, Ale quiere una, Juan ya tiene una. Son bonitas, funcionales y realmente no tan caras como lo pensé. Así que si alguno de mis lectores buena onda quisiera regalarme una tetera, yo no les hago el feo. En otras noticias, también quiero una Bloggie, la cámara de video HD buena onda de Sony.
