Después del periodo de ausencia que tuve (dos semanas) por la escuela, he vuelto. Y sólo quiero decir que no tengo nada que decir. Pero no me daré en la torre y pondré mis propósitos para este verano que espero cumplir, no son difíciles.
Quiero ver películas que no vi (como Alicia y Shutter Island) y otras en el cine (Cherie, Veronika Decides to Die, Kick-Ass, Prince of Persia).
Quiero leer, y terminar esos libros de lso vampiros que brillan y chupan sangre (fail)
Trabajar no estaría mal, pero lo dudo. Y eso de encontrar el amor está sobrevalorado, pero si alguno de mis -2 lectores tiene una amiga buena onda, de mi estilo, bonita... avisenme no? No sean así!
En fin, hasta mejores tiempos... Les dejo la recomendación musical del día: De Love Granades - Young Lovers
27/5/10
10/5/10
Hasta Nuevo Aviso... Caballito*
Tomaré un periodo de ausencia (o algo así) del blog. Tengo tareas, exámenes y todo eso... y me quito tantas distracciones como pueda. Espero regresar pronto, mientras tanto les dejo esta foto buena onda de un caballo enano (no se confunda con poni), son la onda... no están enfermos y no crecen.
* Caballito porque así se autonombró la imagen cuando la guardé.
* Caballito porque así se autonombró la imagen cuando la guardé.
7/5/10
Fue un día realmente frio
El viento estaba congelado, inmovil. No duró mucho tiempo así. Comenzó a moverse lentamente, brisa, nostalgia, temblor, muchas cosas pasaban en este escenario. ¿Cómo fue que lo hice? En realidad no es tan complejo y quizá no fue muy inteligente, igual no me atrevo a llamarle astucia, fueron una serie de eventos que provocaron la peor reacción posible.
Hubo muchos conflictos, desesperación, inquietudes, nada parecía encajar con el orden natural al que estaba acostumbrado. Todo estaba bien, por fuera, pero, por dentro, era tan malo que no se podía expresar. Fue impotencia, ira, alguna vez... ahora era una caja de pandora que amenazaba con abrirse en cualquier momento; el problema aquí era que no sabía lo que contenía. Ese inquietante movimiento interno crecía más y se apoderaba de todo a su paso.
Cuando algo consume es más veloz que una llama, pero es tan lento como un caracol, paradójico ¿no? Ni siquiera podía llorar, era como si algo estuviera obstruyendo el camino. Tal vez me arrepienta, tal vez no debería hacer lo que estoy pensando. Sale tanto de personaje. Quise creer que podía manejarlo pero no fue así. Vi como el color frente a mi se volvió azul, gris, frío. Fue un día realmente frío.
Me di cuenta que tenía todo el poder que buscaba en mis manos. El viento soplaba con fuerza. La vi, sola, esperandome, me acerqué y hablé con ella un rato. Normal. Lo siguiente que supe fue que ya casi no estaba. Su aliento, hecho visible por el clima, susurró: "¿por qué haces esto?", yo respondí: "porque... me dejas". Y eso fue todo, con un par de miradas, y un movimiento fugaz de mis manos por su cuello, la pesadilla había terminado, pero también el más encantador sueño que jamás tuve. Fue torpe, pero un poco astuto, imprevisto. Frío.
Hubo muchos conflictos, desesperación, inquietudes, nada parecía encajar con el orden natural al que estaba acostumbrado. Todo estaba bien, por fuera, pero, por dentro, era tan malo que no se podía expresar. Fue impotencia, ira, alguna vez... ahora era una caja de pandora que amenazaba con abrirse en cualquier momento; el problema aquí era que no sabía lo que contenía. Ese inquietante movimiento interno crecía más y se apoderaba de todo a su paso.
Cuando algo consume es más veloz que una llama, pero es tan lento como un caracol, paradójico ¿no? Ni siquiera podía llorar, era como si algo estuviera obstruyendo el camino. Tal vez me arrepienta, tal vez no debería hacer lo que estoy pensando. Sale tanto de personaje. Quise creer que podía manejarlo pero no fue así. Vi como el color frente a mi se volvió azul, gris, frío. Fue un día realmente frío.
Me di cuenta que tenía todo el poder que buscaba en mis manos. El viento soplaba con fuerza. La vi, sola, esperandome, me acerqué y hablé con ella un rato. Normal. Lo siguiente que supe fue que ya casi no estaba. Su aliento, hecho visible por el clima, susurró: "¿por qué haces esto?", yo respondí: "porque... me dejas". Y eso fue todo, con un par de miradas, y un movimiento fugaz de mis manos por su cuello, la pesadilla había terminado, pero también el más encantador sueño que jamás tuve. Fue torpe, pero un poco astuto, imprevisto. Frío.
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